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miércoles, 17 de febrero de 2016

Gustavo Redondo - Vacaciones en el campo de batalla (2016). Entrevista a Gustavo Redondo

Descubre a Gustavo Redondo y su deslumbrante primer álbum


Sucede muy de vez en cuando que un artista parece salir de la nada y de repente entrega una obra de debut que suena como el disco definitivo de una larga trayectoria artística. Es el caso de Gustavo Redondo y su debut, Vacaciones en el campo de batalla. Aunque no es un recién llegado -publicó un par de álbumes y giró sin parar con su grupo anterior, Los Pedales-, Gustavo sí eligió retirarse un tiempo del mundanal ruido (en su caso es literal, vive y trabaja en las montañas de Ávila) para facturar el elepé que inaugura su carrera en solitario. ¡Y vaya elepé!

GUSTAVO REDONDO
Vacaciones en el campo de batalla (2016)

Se trata de uno de esos discos concebidos para escucharse de principio a fin, como un todo indivisible que forma la obra de arte. En el recorrido hay hueco para pequeñas piezas de psicodelia onírica, cortes de pop expansivo construidos por melodías mágicas, algún recoveco rock, estribillos juguetones de sonrisa instantánea... Aparecen mellotrones, pianos, órganos, guitarras y cacharros diversos que componen un panorama retrofuturista deslumbrante. En las letras, escenas de lucha interior, melancolía y nostalgia de momentos todavía por llegar. Todo fue grabado y tocado por Gustavo en su propio estudio, Retrológico.

Pronto os contaremos más historias y detalles del particular mundo de Gustavo Redondo. De momento, conviene disfrutar de un álbum absolutamente especial. Ha llegado un creador, con todo lo que implica la palabra.


LA ENTREVISTA

¿Por qué Gustavo Redondo elige ser músico en vez de otra profesión más normal?
¡Hola! Bueno, suena a tópico –que también lo es-, pero en realidad ser músico –por lo menos en mi caso- no se elige. A priori puede parecer complejo pero es bastante sencillo: al fin y al cabo se trata de vocación, pasión por la música o que simplemente, uno piense que tiene cosas que contar –y cantar-.

Desgraciadamente, a día de hoy ser músico profesional al cien por cien es muy complicado. De hecho, yo me siento afortunado por ganar parte de mi sueldo anual con los ingresos que me genera la música –desde hace unos años trabajo como compositor y productor musical para publicidad-, pero el paso a la jornada completa es cuestión de años, muchísimo trabajo y de ‘sacrificio agradable’, por llamarlo de alguna manera.


Tu música parece beber de muchos estilos, pero podemos encontrar Rock, Pop, Country Rock, la música de autor, del Folk incluso del Jazz  y el Blues…  ¿Qué ha motivado este sonido en Gustavo Redondo? ¿Cuáles son o han sido tus influencias más directas a la hora de hacer música?
Lo que más ha motivado ha sido la preocupación por dar un giro a lo que venía haciendo estos últimos años y mi constante inquietud creativa. Llevaba mucho tiempo envuelto en la rueda de la música orgánica y la verdad es que me estaba empezando a aburrir; me faltaban texturas.

Respecto a los otros dos discos que había grabado, echaba mucho de menos las armonías vocales y me apetecía añadir nuevos sonidos para que el cambio tuviera un resultado apreciable. En gran parte, lo encontré en los sintetizadores y las cajas de ritmos. La esencia es la misma, ya que están los instrumentos básicos del rock (guitarra, bajo y batería), pero es en el piano, los instrumentos ‘sintéticos’ y las armonías donde he encontrado lo necesario para dar el giro que buscaba en la producción.

Es normal que parezca que beba de muchos estilos porque realmente he devorado todo tipo de música desde que tengo uso de razón. He pasado por mil fases: Empecé escuchando mucho Blues y Rock, después me sumergí en el Folk y Pop ‘sixties’ –soy un fan absoluto de ‘The Beatles’-, el Soul más comercial del sello ‘Motown’ o las animaladas de Aretha Franklin con el sello ‘Atlantic’. También tuve una época en la que escuché muchísimo a ‘Los Panchos’ y Gardel, por ejemplo. No sé, todo lo que pillaba y me parecía interesante…

Aparte, hace un par de años empecé a indagar en nuevos caminos y he descubierto la música post-clásica instrumental de piano, la electrónica  y otros estilos que hace años ni me planteaba o incluso detestaba pero que ahora me encantan.

Aunque no soy un experto a nivel ‘freak’, soy un melómano sin complejos y pienso que eso siempre beneficia a la hora de componer y afrontar el momento en el que me pongo a plantear el sonido de mis grabaciones.

Tu primer  trabajo es este disco titulado Vacaciones en el campo de batalla (2016) que contiene canciones de sonido muy variado que va desde temas pasionales e intensos hasta otros evocadores, sensitivos y acogedores, pero siempre con cierto aire nostálgico,  donde no solo se le ha dado importancia a las melodías, si no que los textos cobran vital importancia, verdadera poesía convertida en letra de canciones ¿Qué puedes decirnos al respecto? ¿Qué te motiva a la hora de hacer tus canciones?
La motivación como tal, aparte de la inspiración, es lo más importante; pero hay que saber encontrar el momento y no desesperarse –que lo hago- cuando las cosas no salen bien.

Cuando terminó la aventura de ‘Los Pedales’ ya estaba deseando  hacer cosas nuevas, pero era totalmente imposible. Me tiré casi tres años sin componer canciones y sin cantar, y cuando lo intentaba, era un verdadero desastre. Creo que ha sido la mayor crisis creativa que recuerdo pero afortunadamente, todos los momentos delicados se pasan y lo que había sido el terror, de la noche a la mañana se transformó en mi mejor momento compositivo.

Los discos siempre han sido para mí un reflejo de lo vivido y las experiencias, pero en este más que nunca. Siempre había compuesto las letras de las canciones desde la perspectiva más observadora y escribiendo sobre lo que veía a mi alrededor, pero ‘Vacaciones en el Campo de Batalla’ es un disco totalmente introspectivo, algo que siempre me había dado pánico pero que gracias a los años he ido superando.

Lo mágico de las canciones es que cualquier persona las puede hacer suyas y estas letras hablan de cosas que nos pasan a todos. Pienso que lo de poeta me viene grande, pero sí que es verdad que cada letra que escribo las trabajo a conciencia y agradezco que consideres que son poesía y que tienen una importancia vital. Para mí son claves para que este disco tenga sentido.

También entiendo que te resulte intenso y nostálgico, ya que esto es fruto del momento en el que lo grabé, y aunque tenga muchos pasajes muy optimistas instrumentalmente hablando, creo que la esencia es un poco dura. Pero como te decía antes, los discos son reflejos de momentos y seguro que vienen otros más luminosos.


¿Por qué has titulado Vacaciones en el campo de batalla este último trabajo? ¿Puedes contarnos alguna anécdota durante la grabación del disco?
Es la primera frase de ‘La Última Visita’, una de las canciones de este álbum y piezas claves del tracklist. En cuanto la escribí me encantó y vi claro que tenía que ser el título, ya que pensé que no había mejor manera para reflejar la esencia que estaba buscando. ¡El título es una de las cosas de las que más orgulloso estoy! (risas)

La grabación más que anecdótica, ha sido bastante curiosa e inusual: he grabado todos los instrumentos, producido y mezclado yo solo. Es una locura y muchísimo trabajo pero me apetecía gestar un disco tan personal desde ese punto introspectivo del que te hablaba antes, que se acerca más al proceso de trabajo de un pintor o un escritor -que hacen sus obras en la intimidad- que al de un disco como este, en el que lo  habitual es que trabajen ocho o diez personas –incluso más-.

Está íntegramente grabado en Retrológico, que es mi estudio y en parte, parece un museo de cacharrería vintage. Lo más llamativo es que está montado en el salón de mi casa -aunque con un buen equipo y acondicionado, no confundir con los ‘Home Studios’ habituales- y claro, imagínate por ejemplo una batería montada con siete micrófonos, era una verdadera locura y durante meses mi hogar se convirtió en cualquier cosa menos un sitio habitable.

Por lo demás, imagínate; una enorme montaña rusa en soledad: momentos de euforia, desesperación, duda, concentración absoluta... Recuerdo que cuando terminaba las mezclas de una canción y si me gustaba el resultado, me tumbaba en el suelo del estudio con los cascos a todo volumen y escuchaba la canción quince veces seguidas. Creo que no es de estar muy bien de la azotea (risas)

Es un trabajo donde se nota mucho el cariño y el esfuerzo puesto en él. Es sin duda, un trabajo muy ambicioso para ser el primer disco ¿Cuáles son tus expectativas con Vacaciones en el campo de batalla? ¿Dónde quieres llegar con este disco?
Las expectativas –e incluso en algunos momentos ambición- las deposité todas en componer y grabar el disco. Por la experiencia que tengo es lo máximo que puedo hacer y lo demás no está en mi mano. Ya he pecado de ilusión e inocencia y al final el trompazo es más grande.

La experiencia en ese sentido me relaja mucho y todo lo que venga va a ser un regalo. Estoy en un punto muy bonito en el que tengo la ilusión de un principiante pero con la cabeza sobre los hombros y siendo consciente de que la música independiente es lo que es –que está genial, pero muy complicado-, y eso es fantástico.

¿Cuáles son los planes de Gustavo Redondo para 2016? Suponemos que girar por salas y festivales, ¿pero algo que puedas adelantarnos? ¿Eventos importantes?
Mi máxima pretensión ahora mismo es disfrutar y lo que haga, hacerlo bien. Hubo años en los que antepuse la cantidad a la calidad y eso desgasta muchísimo, así que no lo pienso volver a hacer.

A corto plazo tengo la promoción y un showcase acústico de presentación el 12 de marzo en Madrid. Además, El cuatro de abril publicaré en formato digital –con videoclip incluido- ‘Las Horas Frágiles’, un instrumental de piano de corte post-clásico que será el adelanto de un Ep que saldrá después de verano. Y para Otoño, espero hacer la presentación con banda en Madrid.

También tengo más cosas en mente que seguramente lleve a cabo y espero que salgan más, pero ya os iré contando.

¿Crees que el mundo digital va a acabar con el mundo de la música tal y como lo conocemos hoy? ¿Cuál es el futuro del músico?
La ecuación músico-futuro es para mí como un problema de álgebra, nunca sabré solucionarlo. No sé lo que va a pasar y es el eterno interrogante, pero sin esa emoción la música no sería nada.

El tema de la era digital es algo que ya sabemos: pienso que el gran cambio ha llegado. Lo importante es que la música siempre va a existir, aunque es evidente que todo son épocas y nos tocará vivir cambios constantes. Ahora mismo todo va muy deprisa y es imposible cazarlas al vuelo, pero mientras se sigan haciendo canciones que acompañen a la gente en su día a día seguirá habiendo vida, así que intentaré seguir colaborando con mi pequeña aportación a la causa.  


Viendo el panorama del fin de semana en cada ciudad, con una grandísima oferta de conciertos, ¿es cierto que parece que hay una nueva era dorada de los directos?
Pues desde mi experiencia, que he girado a nivel nacional
 –independiente, eso sí- te podría decir que a nivel general, no se puede hablar ni mucho menos de época dorada, y mira que no me gusta ser aguafiestas.

 Sí que es verdad que hay muchísima oferta y eso es fantástico
 –de hecho, ha sido imposible conseguir reservar sala de pequeño/medio aforo para la presentación con banda en Madrid antes del verano-, pero para cualquier artista independiente salir de gira –y más con banda y equipo técnico- es una aventura arriesgada. Es triste, pero a nivel de grupo independiente que empieza o incluso con una trayectoria dilatada, vender cincuenta entradas a trescientos kilómetros de tu casa hoy en día es como reventar Las Ventas. Y no nos vamos a engañar, es una pena.

Desde mi punto de vista, falta cultura de conciertos. Estaría genial que la gente acudiera a las salas a descubrir  a grupos nuevos como el que sale a cenar, pero no es muy habitual. 

¿Cuál ha sido tu mejor momento/recuerdo en la música?
Pues mira, me he tirado años renegando porque las cosas no iban ‘bien’ pero un día me paré a pensar y aluciné. Pensándolo en frío, si me lo dicen en el instituto lo hubiese firmado con los ojos cerrados.

Haciendo balance puedo decir muchísimas cosas: He girado a nivel nacional siendo un crío, mis canciones sonaban en radio y he visto mi careto en los medios que leía desde que tenía uso de razón. Aparte, he producido y compuesto música para proyectos muy importantes de publicidad y, ¡he salido hasta en televisión! (risas). Pero lo mejor de todo –con diferencia-, es que he conocido a muchísima gente encantadora y con un gran talento que ahora son grandes amigos.

 Aunque en ocasiones es inevitable,  sería injusto quejarme, la verdad.

¿Cómo es un día normal en la vida de Gustavo Redondo?
Muy básico. A las 7:10 am de la mañana suena el despertador y a las 8:00 empieza mi jornada laboral hasta las 18:00. Después de eso, comienza mi segunda jornada y me pongo a grabar, componer, ensayar, mirar equipo vintage en ebay para mi estudio o ahora, responder entrevistas hasta que caigo rendido a las 00:00/1:00. Hay días distintos, pero la tónica general es esa. Una rutina absoluta que puede parecer aburrida, pero de momento; ni encuentro alternativas ni me interesa. No sé hacer otra cosa y es lo que me hace feliz, así que para que lo voy a cambiar.  

¿Tienes alguna opinión de la actual situación económica y social de España y del mundo en general, que quieras compartir con nosotros?
Hubo una época en la que ponía las noticias y me enervaba bastante, pero me di cuenta de que no me merecía la pena gastar energías en eso. Lo malo que ha pasado lo sabemos todos y a nadie nos gusta, eso es evidente.

 La vida son ciclos y a mí, por mi generación –nací en el 85, pertenezco a la llamada ‘generación perdida’-, me ha tocado vivir los tiempos difíciles de lleno en los años en los que si las cosas hubieran ido mejor, quizá hubiésemos evolucionado todos más. Pero tampoco hay que ver lo malo, ya que por ejemplo, la generación de mis padres lo tuvieron muchísimo peor y ahí están.

Pienso que lo importante sería que volviera la dignidad y que, si tenemos la oportunidad, trabajemos duro para que la maquinaria funcione de nuevo. Al fin y al cabo creo que se trata de que cada uno lo hagamos lo mejor posible de la forma más profesional sin darnos codazos con el vecino, y ya si trabajamos con vocación y pasión por lo nuestro, mejor. Eso siempre se apreciará… 

GUSTAVO REDONDO
Falta de equilibrio (2016)


MISCELÁNEA

¿Podrías recomendarnos…

...un libro?: 
‘La Verdad Sobre el Caso Harry Quebert’ | Joël Dicker

...una película?:  
‘El Apartamento’ | Billy Wilder

...una canción?: 
¿Puedo dos? ‘Penny Lane’ (The Beatles) y ‘Life on Mars’ (David Bowie)

...un álbum?: 
‘Screws’ (Nils Frahm)

...un grupo o solista?:  
A nivel nacional Josele Santiago (soy fan de toda la vida) e internacional ahora mismo te diría Peter Broderick

...una afición?: 
Me encanta la fotografía y el mundo audiovisual,  todo lo relacionado con el diseño, caminar por mi zona en plan dominguero o patear ciudades sin sentido. ¡Ah! Y tomar unas cañas con mis amigos, ¡eso que no falte nunca!

Muchísimas gracias por tu tiempo y enhorabuena por tu disco ¡Nos encanta!
Muchísimas gracias a vosotros, Josechu. 
Un placer contestar a vuestras preguntas y una alegría que podáis disfrutar de ‘Vacaciones en el Campo de Batalla’.
¡Un fuerte abrazo!

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